5 mitos de los seguros
El día de hoy voy a hablar acerca de los mitos de los seguros.
Así como en términos generales muy pocas personas reciben una educación financiera por parte de sus padres o de sus maestros, el tema de los seguros está rodeado de mitos y prejuicios.
Por ejemplo, Europa es el continente más asegurado, siendo los países nórdicos —Dinamarca, Finlandia e Islandia— así como Suiza y Austria, las naciones con más asegurados del mundo. Por ello, es bien sabido que en esos países hay menos probabilidades de sufrir contingencias, gracias a su estabilidad social y política.
¿Cuántas veces hemos visto a japoneses, estadounidenses o alemanes, de edad avanzada, normalmente jubilados, viajar por el mundo? Esto se debe a que, a través de su seguro, vivieron tranquilos y lograron juntar los recursos económicos necesarios para hacerlo.
Ahora bien, volviendo a los mitos de los seguros, tenemos los siguientes:
- LOS SEGUROS SON CAROS. Este mito se debe a que, normalmente, cuando se piensa en un seguro, se quiere quedar cubierto contra todo, a veces en forma innecesaria y por cantidades demasiado altas. Mi sugerencia es que los seguros deben contratarse con base a un objetivo concreto, tomando en cuenta las necesidades y las capacidades de quien contrata. Existen diversos niveles de seguros para ello.
- LAS ASEGURADORAS BUSCAN CUALQUIER PRETEXTO PARA NO PAGAR. Los seguros son contratos que están registrados y autorizados por la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas. Los seguros funcionan por medio de condiciones generales. Es de suma importancia que, al llenar una solicitud de seguro, se manifieste la verdad y sólo la verdad. Una de las causas por la que las aseguradoras no pagan es porque los asegurados mintieron o falsearon información en la solicitud. En una ocasión, una señora a quien le estuve insistiendo durante más de un año que contratara un seguro de gastos médicos, un día me llama y me dice: “Licenciado, le voy a comprar el seguro”. Mientras llenaba la solicitud, me preguntó: “Una vez que tenga la póliza, ¿en cuanto tiempo me puedo operar?”. La señora había ido al médico y requería de una operación. Cuando le expliqué que el seguro no la cubriría por ser una preexistencia, muy molesta me dijo: “¡Entonces no lo quiero!”.
- EL SEGURO ES UN GASTO INNECESARIO. Como se dice por ahí: “Todo depende del color del cristal con que se mira”. Los seguros deben verse como una inversión y no como un gasto. La mayoría de las personas están acostumbradas a tener resultados a corto plazo y a pagar por bienes tangibles. Es cierto, el seguro es una inversión para protegerte de algo que podría o no podría pasar (un sismo, una enfermedad, un choque, un fallecimiento inesperado). Todo mundo espera jamás tener que hacer válido el seguro, porque eso implicaría que una adversidad llegó a sus vidas, pero cuando ocurre todo mundo desea contar con el apoyo de un seguro.
- LOS CONTRATOS DE LOS SEGUROS TIENEN LETRA CHIQUITA. Uno de los comentarios sobre los seguros es que siempre tienen letra chiquita en sus contratos. Desde hace ya tiempo esto se ha modificado: ahora en las condiciones generales de las pólizas se remarca con letra más grande los puntos importantes. La realidad es que las personas, al contratar un seguro, debieran leer las condiciones generales, para saber que sí y que no les cubre.
- SOY MUY JOVEN PARA TENER UN SEGURO. Los seguros, al igual que el ahorro, entre más joven se contrate siempre será mejor. Ahora bien, como he insistido, los seguros deben contratarse con un objetivo. Es entendible, por ejemplo, que se contrate un seguro de auto, cuando se compra uno; un seguro de casa cuando se renta o compra una casa o un departamento. Pero siempre deben tenerse en mente los beneficios que nos dan los seguros.
Como podemos ver, la realidad es que siempre tendremos un pretexto para no adquirir un seguro y cuando surge un imprevisto, lamentamos no haberlo contratado antes de que sucediera.
“Es así como siempre será mejor contar con un seguro y no necesitarlo, que necesitarlo y no tenerlo”.
Un abrazo.
