¿Gasto o apoyo? La verdad sobre los seguros y tu tranquilidad financiera
Vamos a hablar sin rodeos: en México, muchas personas piensan que contratar un seguro es tirar el dinero. “Mejor lo ahorro”, dicen unos. “Nunca lo voy a usar”, opinan otros. Y sí, lo entiendo. La fama de las aseguradoras no siempre es la mejor y con tantas historias de que “no pagan”, es lógico tener dudas. Pero la verdad es que los seguros sí son un apoyo, uno de los más importantes que podemos tener para cuidar nuestras finanzas personales… si se eligen bien. De acuerdo con la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), en México, apenas alrededor del 9.9 % de la población contaba con un seguro de gastos médicos mayores al cierre de 2022, lo que representa unas 12.7 millones de personas.
Imagina esto: estás en la cuerda floja, haciendo malabares con tus ingresos, gastos, deudas, escuela de los niños, el auto, la salud… y de repente, ¡pum! Una enfermedad, un accidente o una pérdida inesperada te sacan de equilibrio. ¿Y ahora? Ahí es cuando un seguro se convierte en un salvavidas, no en un gasto.
¿Por qué es tan importante tener seguros?
Porque no somos invencibles, ni ricos, ni adivinos. Así de simple. No sabemos cuándo va a pasar algo que implique un gasto fuerte y urgente, como una operación, una hospitalización, un choque o incluso la pérdida de un ser querido. Un seguro, bien elegido, absorbe ese golpe económico para que tú y tu familia no se vean ahorcados. La AMIS ha calculado que el Costo medio nacional por siniestro (padecimiento) es de $129,113. Las aseguradoras pagan directamente a hospitales y otros proveedores 8.7 de cada 10 pesos, lo cual refleja la ventaja de contar con un seguro de gastos médicos mayores, por ejemplo.
Además, los seguros permiten que el dinero que has ido construyendo (ahorros, inversiones, tu patrimonio) se quede contigo y no se tenga que usar de emergencia. Y eso, créeme, marca una gran diferencia a largo plazo.
¿Qué seguros deberías tener y en qué orden?
Aquí no se trata de contratar todo de golpe ni gastar de más. Se trata de tener un plan, como en cualquier estrategia financiera. Y para eso, te comparto una especie de “menú de seguros” en el orden más recomendable:
- Seguro de Gastos Médicos Mayores
Es el más urgente. La salud puede salir muy, muy cara, y nadie está exento de enfermar o accidentarse. Una sola noche en hospital puede costar lo que no ganas ni en varios meses. Este seguro te evita endeudarte o arriesgar tu vida por falta de atención. - Seguro de Vida
Ideal si tienes personas que dependen de ti: hijos, pareja, padres. Este seguro garantiza que, si tú faltas, ellos no se queden sin sustento. También hay seguros de vida con ahorro, que sirven para metas a futuro como el retiro o la educación de los hijos. - Seguro de Auto
Si tienes coche, es obligatorio por ley. Pero más allá de eso, un choque o robo puede significar un gasto altísimo. El seguro lo cubre y evita que termines pagando daños de tu bolsa. - Seguro de Hogar
No es solo para casas de lujo. Si tienes una propiedad o vives en una zona donde puede haber robos, incendios o desastres naturales, este seguro protege tu patrimonio. Incluso cuenta con la cobertura por daños a terceros, por si les afectas. - Seguros complementarios o especiales
Como los seguros de accidentes personales, enfermedades graves, o planes de retiro. Se contratan según tu etapa de vida y necesidades específicas.
¿Cómo saber si tengo los seguros adecuados?
Aquí no hay una receta mágica, pero sí algunas buenas prácticas:
- Revisa tus necesidades reales:¿Tienes hijos? ¿Eres independiente económicamente? ¿Tienes créditos que pagar? ¿Vives solo? Todas estas preguntas te ayudan a saber qué tipo de protección necesitas.
- Asesórate con un profesional:un buen asesor de seguros no está para venderte una póliza, sino para ayudarte a proteger tu vida, tu salud y tu patrimonio de forma adecuada.
- No te vayas sólo por el precio:lo barato puede salir muy caro. A veces una póliza barata no te cubre lo suficiente cuando de verdad la necesitas. Evalúa beneficios, deducibles, tiempos de espera, etc.
- Haz revisiones periódicas:las necesidades cambian con los años. No es lo mismo tener 25 que 50. Tu seguro también debe evolucionar contigo.
Tener un seguro no es desconfiar de la vida. Es confiar tanto en ella que te preparas para lo que venga. Es proteger a quienes amas. Es cuidar tu dinero. Es poder dormir tranquilo. Sí, los seguros cuestan, pero no tenerlos… puede costarte mucho más.
Te invito a compartir este correo con aquellas personas que consideres les puedas ayudar a planear su vida desde el punto de vista financiero y para quienes quieran mejorar y cuidar su patrimonio.
Te mando un abrazo.
