¿Me ayudas a difundir la cultura de la previsión?
Ya estoy de vuelta. A finales de enero, aproveché para festejar mi aniversario de bodas y me tomé un breve descanso. Por cierto, esto es algo que recomiendo a todos: tomar uno o dos períodos de vacaciones en el año, al menos. Si a las máquinas se les debe hacer un mantenimiento periódico, ¿por qué no hacerlo con nuestro cuerpo?
Bueno, además de descansar, me senté a planear lo que quiero hacer durante este 2023. Uno de mis objetivos es procurar que la gente que me rodea entienda y tenga cada vez más la cultura de la previsión y que deje de hacer todo a última hora. Que programe sus actividades y compromisos, con el objetivo de realizarlos con tiempo.
Que comprendan y pongan en práctica el hacer todo con anticipación.
Desde el punto de vista financiero, si me has seguido en mis publicaciones anteriores, sabrás de mi insistencia en que la fórmula para estar tranquilo es: “ahorra tanto como sea posible”. Y de acuerdo con mi experiencia, salvo algunos casos, siempre puede hacerse.
Lo que pasa es que queremos vivir una vida que no está al alcance de nuestras posibilidades. Gastamos lo que no tenemos. Compramos cosas que no necesitamos.
Siempre que se tienen ingresos, se puede ahorrar.
Cuando se es joven, se tiene todo para triunfar. En muchas ocasiones, los jóvenes tienen muy buenos ingresos, pero al no tener la cultura de la previsión, viven su vida despilfarrando el dinero que reciben, gastan y gastan sin pensar en ese viejito que los viene siguiendo y que tarde que temprano los va a alcanzar. No aceptan que mañana llegará el momento en que ya no podrán trabajar, ya no tendrán ingresos y, si no ahorraron, no invirtieron, no se prepararon para esa etapa de la vida, ya no habrá remedio. Se la pasarán quejándose, lamentando no haber hecho lo que debieron hacer cuando era posible.
Me siento muy mal cuando escucho a jóvenes quejarse de que no les alcanza para contratar un seguro. Que están a la espera de un dinero, ya sea por algún trabajo que hicieron, porque les van a pagar un préstamo o por algo que vendieron. Da la impresión de que viven al día. Sin embargo, después me entero de que compraron el iPhone más nuevo, que sacaron un auto a crédito, que se fueron de vacaciones. Al parecer no hay congruencia en sus vidas. Quisiera tener una bola de cristal para mostrarles cómo se encontrarán en un futuro, si siguen en el camino de la incongruencia.
También me siento muy mal, y de verdad que no se qué decir, cuando alguien mayor de 60 años —que no tuvo el cuidado de ahorrar ni de prepararse para esa etapa de su vida— me platica que no le alcanza el dinero para vivir. Si bien le va, tiene una muy pequeña pensión del IMSS o del ISSSTE, espera cumplir los 65 años para recibir la pensión que da el gobierno bimestralmente, pero, aun así, no es suficiente para comprar alimentos y las medicinas que necesita porque en el Seguro Social no hay, y tiene que comprarlas por su cuenta.
Lo más triste es que esos adultos mayores quisieran tener un seguro de gastos médicos, para no sufrir los malos tratos del Seguro Social.
En algunos casos, me han contado de lo arrepentidos que están por no haber ahorrado para su retiro. Me platican de las grandes cantidades de dinero que pasaron por sus manos y que nunca pensaron en ahorrar, nunca pensaron que llegarían a esa edad en esas condiciones tan lamentables. Que, si hubieran ahorrado, tenido seguros, pensado en su futuro no estarían así. Desafortunadamente, el “hubiera” no existe.
Yo invito a los jóvenes a que reflexionen cómo están viviendo sus vidas. Cuál es su situación. Y ya sea que reciban mucho o poco dinero, piensen en ese viejito que van a ser. Cómo quieren llegar: con capacidad económica para disfrutar de esa etapa o lamentando no haberse preparado para ella.
A quienes ya llegaron a la vejez, si se encuentran muy bien y pueden presumir de que están viviendo y disfrutando de esa etapa, felicidades. A los que no lo lograron, espero que puedan encontrar alguna manera de ser apoyados y estar un poco mejor.
Y cualquiera que sea su situación, a ambos les pido que me ayuden con los jóvenes que les rodean, que les digan que tiene que ser una prioridad prepararse a través del ahorro y la previsión, como pueden ser los seguros, para que lleguen a ser unos adultos mayores felices, sin preocupaciones financieras y disfrutando de sus seres queridos.
Nos vemos en el siguiente.
Un abrazo.
