Mi historia con los Seguros
Hoy quiero contarte un poco acerca de mi historia con los seguros.
Pensarás que la pasión que muestro al hablar de ellos se debe a que son mi materia de trabajo, pero no es del todo así.
Desde muy joven, he estado convencido de la relevancia que tienen los seguros para el bienestar financiero de las personas. Como la mayoría, comencé con el seguro de mi auto a los 21 años. Mi primer seguro de vida lo contraté cuando tenía 28.
Después aseguré a mis hijos, mi casa y mi negocio. Posteriormente, a los 35, contraté otro seguro de vida. En esa ocasión fue un plan vitalicio, que sólo pagué durante 10 años.
A los 36 contraté un seguro de gastos médicos mayores para toda la familia. Sinceramente, hubo momentos en los que se me dificultaba pagarlo, pero siempre encontré la forma de mantenerlo. Este seguro me fue de mucha utilidad, pues me permitió cubrir dos operaciones de mi esposa, de amplios montos a pagar, en los años 90. Esta fue una época en la que me encontraba en una crisis financiera al perder todos mis ahorros por una mala decisión de negocio.
Actualmente, en mi seguro de gastos médicos sólo estamos mi esposa y yo, pues cada uno de mis hijos cuenta con los suyos. También tienen sus propios seguros para el retiro, así como el seguro educacional de la nieta.
En los negocios tuve tiempos de bonanza y tiempos de escasez. Precisamente en esos momentos difíciles y de mucho estrés, quien entonces era mi asesor de seguros me invitó a unirme a este mundo. Al verme siempre preocupado y presionado, me insistió en que yo podía hacerla vendiendo seguros. Tardó tres años en convencerme, hasta que un día tomé la difícil decisión de dejar mi negocio e incursionar como asesor de seguros.
Le estoy muy agradecido por su insistencia.
Mi primer pensamiento fue que como contaba con una diversidad de seguros desde hacía mucho tiempo, ya sabía mucho acerca de ellos. Qué equivocado estaba.
Fue necesario capacitarme ampliamente en aspectos técnicos, legales y de productos para poder, como digo yo, hacer trajes a la medida de mis asegurados. La verdad, ha sido apasionante y muy satisfactorio lograr que ellos cuenten con pólizas acordes a sus necesidades y que, en muchos casos, les han ayudado en momentos difíciles.
Ahora estoy cumpliendo 15 años de haber iniciado esta aventura a la que, como lo he expresado en varias ocasiones, me hubiera gustado llegar antes. Como el hubiera no existe, sólo doy gracias a Dios por ponerme en este camino. Curiosamente, dos de los tres negocios que había tenido duraron 15 años. El otro, que afortunadamente sólo duró uno, fue en el que tomé la mala decisión. Yo espero que éste, el de los seguros, perdure mucho tiempo más.
Todos estamos expuestos a riesgos y no sabemos cuándo vamos a sufrir un daño, sea en nuestra persona, en nuestra casa, en nuestro vehículo, en nuestro negocio, etcétera.
Los seguros transfieren el gasto a la aseguradora, de tal manera que son la mejor forma de protegernos y evitar la pérdida de nuestro patrimonio y nuestros ahorros.
Desafortunadamente, en México estar asegurado se considera un gasto en lugar de verlo como una inversión. La realidad es que por una cantidad llamada prima, tenemos a nuestra disposición una cantidad muchísimas veces mayor —la suma asegurada— para el caso de que suceda el riesgo cubierto. Riesgo es la posibilidad de que ocurra un daño que cause un deterioro económico al patrimonio del asegurado, como puede ser un auto, el hogar, la salud física, el fallecimiento, etcétera.
Un punto importante para considerar es que, a mayor número de personas aseguradas, las primas a pagar se reducen considerablemente. En México, sólo un pequeño número de habitantes está asegurado. Por ello, los seguros, en estos momentos, son caros. Sin embargo, definitivamente, son necesarios.
Aprovecho para agradecerte tu confianza al contratar tus seguros conmigo. Te ofrezco siempre dar lo mejor de mí y estar al pendiente de tus necesidades y requerimientos. Al contar con diferentes tipos de seguros, comprendo lo difícil que es pagarlos y mantenerlos a lo largo del tiempo.
Sin embargo, también sé que cuando se llegan a necesitar, contar con ellos se convierte en un gran apoyo para cuidar de nuestro patrimonio y no endeudarnos, manteniendo así nuestras finanzas sanas.
En otro correo te contaré acerca de los diferentes tipos de seguros que existen y cuáles son los beneficios que nos brindan.
Te mando un fuerte abrazo.
