Y tú, ¿ya tienes tu fondo de emergencia?
En estos días tuve una experiencia con uno de mis asegurados. Me gustaría compartírtela, ya que se te puede presentar a ti o a algún conocido.
Resulta que esta persona, con algo de dificultades, pero siendo consciente de la importancia de la protección que necesita, tiene contratados varios seguros.
Uno de ellos es el seguro de su auto. Desafortunadamente, tuvo un accidente: resultaron seriamente afectados su vehículo y con el que chocó. Como es el procedimiento, llamó al seguro y resolvió el pago de los gastos del auto afectado. Luego, le entregaron el pase correspondiente para la reparación de su auto.
Posteriormente, se puso en contacto conmigo y después de comentarme lo que le sucedió, me dijo: “Martín, cómo me han estado dando vueltas en la cabeza las palabras que en varias ocasiones me has dicho: Debes contar siempre con un fondo de emergencia para imprevistos. Ahora, gracias al seguro, mi auto va a ser reparado, pero me encuentro con el problema de que no tengo dinero para pagar el deducible. Tendré que solicitar un préstamo para cubrirlo”.
Y es que, efectivamente, el primer aspecto a considerar, al hablar acerca del manejo del dinero, es contar con un fondo para emergencias.
Lamentablemente, son pocas las personas que lo toman en cuenta.
Ahora bien, suele suceder que hay quienes tienen dinero ahorrado y cuando se les presenta una emergencia, no se acuerdan de él o tienen la creencia de que ese dinero no puede tocarse bajo ninguna circunstancia.
El dinero debe tener movimiento. Debe utilizarse de manera inteligente y con estrategia. Es así que, cuando se cuenta con él —ya sea que lo etiquetemos como fondo de emergencia o no—, debe emplearse en un caso de emergencia con el objetivo de salir de ella y, posteriormente, hacer lo necesario para volver a juntarlo e incrementarlo.
Los seguros son muy importantes y nos ayudan a disponer de dinero en los momentos en que más lo necesitamos, pero estos, en la mayoría de los casos, deben completarse con aportaciones adicionales, como son los pagos de deducibles y coaseguros.
Los deducibles y coaseguros siempre serán mucho menores que cubrir la totalidad de los gastos en caso de un siniestro. Y hay que tenerlos muy presentes. Todavía me encuentro con personas que piensan que los seguros cubrirán el 100% de los gastos y salvo muy contadas excepciones, esto no es así.
Por ello reviste de primordial importancia, en primer lugar, contratar seguros que nos protejan contra posibles sucesos que afecten nuestra salud, nuestros bienes y nuestra economía, trasladando el pago de los gastos a la aseguradora. Y en segundo lugar prepararnos con un fondo de emergencia que nos ayude a hacer frente a situaciones imprevistas, ya sean cubiertas por los seguros o que por sus características o montos no lo sean.
El fondo de emergencia nos permitirá tener tranquilidad, por lo menos en lo económico, y así tomar mejores decisiones ante lo imprevisto.
Y tú, ¿ya tienes tu fondo de emergencia?
Cuéntame si lo tienes y si en algún momento lo has utilizado.
Te mando un gran abrazo.
